Los bancos mundiales están profundizando su compromiso con los activos digitales. JPMorgan Chase planea permitir a los clientes institucionales utilizar Bitcoin (BTC) y Ether (ETH) como garantía para préstamos a finales de año. Según un informe de Bloomberg del 24 de octubre, que cita a personas familiarizadas con el asunto, la iniciativa funcionará a escala mundial e implicará a terceros depositarios para gestionar de forma segura los activos digitales pignorados.
Esta expansión sigue a la decisión anterior de JPMorgan de aceptar fondos cotizados en bolsa (ETF) basados en criptomonedas como garantía, lo que señala una estrategia más amplia para integrar los activos basados en blockchain en los mecanismos de préstamo tradicionales. Aunque el banco declinó hacer comentarios, la medida representa un cambio estratégico notable, sobre todo teniendo en cuenta la postura históricamente escéptica del consejero delegado Jamie Dimon sobre las criptodivisas.
Dimon, que una vez calificó el Bitcoin de «estafa» y dijo que lo «aboliría» si estuviera en el Gobierno, ha suavizado su tono últimamente. En mayo, comentó: «No creo que deba fumar, pero defiendo su derecho a fumar. Defiendo su derecho a comprar bitcoin: adelante, cómprelo». Su cambiante retórica refleja la creciente toma de conciencia de que los activos digitales están pasando de la periferia financiera al centro de la escena y se encuentran ahora entre las formas aceptadas de garantía prendaria junto a las acciones, los bonos y el oro.
El impulso está en consonancia con la relajación de los requisitos normativos y la creciente participación de instituciones de todo el mundo. La postura pro-digital de la administración Trump ha animado a las principales instituciones financieras -como Morgan Stanley, Fidelity y BNY Mellon- a ampliar su oferta de criptodivisas. Mientras tanto, países como Singapur, la Unión Europea y los Emiratos Árabes Unidos han introducido amplios marcos normativos que están acelerando la adopción global y alimentando la confianza en el sector.
A pesar de la continua volatilidad, la reciente subida del Bitcoin a nuevos máximos históricos ha reforzado los argumentos a favor de su inclusión en las carteras institucionales. Los analistas señalan que la decisión de JPMorgan es algo más que simbólica. Subraya la normalización de los criptoactivos dentro del ecosistema crediticio mundial y sugiere que las garantías digitales podrían convertirse pronto en parte integrante de la financiación transfronteriza.
Si se lleva a cabo con éxito, esta iniciativa podría allanar el camino hacia sistemas financieros híbridos en los que los activos digitales y los mercados de capitales tradicionales coexistan y se refuercen mutuamente, un desarrollo que podría remodelar el futuro de los préstamos globales y la gestión de la liquidez.