Los precios del oro y la plata han entrado en una fase de corrección tras unas subidas récord. El oro, que había subido más de un 50% sobre una base anualizada, registró pérdidas semanales a medida que los inversores empezaban a afianzar sus ganancias y a reevaluar las perspectivas de los metales preciosos.
Los analistas atribuyen el reciente descenso a una combinación de recogida de beneficios, un dólar estadounidense más fuerte y el alivio de las tensiones geopolíticas, que han reducido la demanda de activos refugio. A pesar del descenso a corto plazo, muchos estrategas del mercado creen que la tendencia alcista más amplia del oro sigue intacta, apoyada por las expectativas de relajación monetaria de los principales bancos centrales y las continuas compras de oro por parte de éstos, sobre todo en los mercados emergentes.
El precio de la plata siguió la tendencia del precio del oro y cayó tras alcanzar un máximo de varios años a principios de mes. El metal sigue apoyándose en la demanda industrial, sobre todo de los sectores de la energía verde y la electrónica, donde la plata desempeña un papel importante en la producción de células solares y baterías.
Según los observadores del mercado, ambos metales podrían recuperar impulso si persisten las presiones inflacionistas o si la Reserva Federal estadounidense inicia un ciclo de recortes de los tipos de interés antes de lo previsto.