Estados Unidos y China han alcanzado un «acuerdo marco» preliminar sobre cuestiones comerciales clave, incluidas las reducciones arancelarias recíprocas y la regulación de las exportaciones de tierras raras. Se trata del paso más importante dado en los últimos años para reducir las tensiones entre las dos mayores economías del mundo.
Según fuentes próximas a las negociaciones, el acuerdo pretende crear una hoja de ruta estructurada para una cooperación comercial más amplia, y ambas partes se comprometen a mantener nuevas conversaciones en los próximos meses. El acuerdo se considera un paso hacia la estabilización de las cadenas de suministro mundiales y la reducción de la incertidumbre en sectores críticos como los semiconductores, los vehículos eléctricos y los materiales para energías renovables.
La noticia del avance impulsó el sentimiento de los mercados mundiales y provocó subidas de precios en la renta variable y las materias primas. Los inversores interpretaron el acuerdo como un posible punto de inflexión que podría apoyar el crecimiento mundial en un momento de menor demanda e incertidumbre geopolítica.
Los analistas subrayaron que, aunque este marco dista mucho de ser un acuerdo comercial completo, representa un paso significativo hacia el diálogo y la coordinación entre Washington y Pekín, dos potencias cuyas políticas han afectado profundamente a la dinámica del comercio mundial durante la última década.
