Durante la última ronda de conversaciones comerciales entre EE.UU. y China, funcionarios de ambas partes insinuaron que estaban cerca de concluir un «acuerdo marco». El avance se considera un posible paso para aliviar las tensiones antes de la cumbre entre los líderes Trump y Xi del mes que viene. Las conversaciones se han centrado en la tecnología, los productos agrícolas y la seguridad de las inversiones.
La Representante de Comercio de EE.UU., Sarah Greer, afirmó que se habían producido «progresos» en las recientes conversaciones con China y que empezaba a perfilarse un marco para reequilibrar las relaciones comerciales entre ambos países.
La medida se considera uno de los primeros signos concretos de distensión antes de la reunión entre Trump y Xi en noviembre de 2025. Según los analistas, las negociaciones reflejan los intentos de encontrar un terreno común, especialmente en lo relativo a las restricciones estadounidenses a las exportaciones de alta tecnología y a las subvenciones chinas a los semiconductores.
Según los economistas, la reanudación del diálogo entre las dos grandes potencias podría reducir la incertidumbre en los mercados mundiales y aumentar la confianza de los inversores. Pero a pesar de este optimismo, persisten desacuerdos estructurales a largo plazo, como los relativos a los derechos de propiedad intelectual y la carrera por el liderazgo en las tecnologías de inteligencia artificial.