China ha anunciado en una cumbre regional que promoverá un comercio y unas inversiones más libres como parte de sus esfuerzos por reforzar las relaciones económicas y comerciales con los países vecinos. La declaración subraya la intención de Pekín de posicionarse como una fuerza estabilizadora en las cadenas de suministro regionales y un motor clave de la recuperación económica tras la pandemia.
Según funcionarios chinos, el gobierno planea ampliar el acceso al mercado para los inversores extranjeros y reforzar la cooperación en las áreas de comercio digital, tecnología verde y proyectos de infraestructuras como parte de acuerdos regionales como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP).
Los analistas consideran que el nuevo impulso de China hacia la apertura es un movimiento tanto económico como estratégico destinado a contrarrestar las crecientes tendencias proteccionistas de los mercados occidentales y a reforzar su influencia en la región Asia-Pacífico.
El anuncio fue acogido con satisfacción por los socios regionales, que consideran el mayor compromiso de China crucial para mantener el impulso del crecimiento en medio de la fragmentación del comercio mundial y la creciente incertidumbre geopolítica.
